Los sacerdotes en muchos casos escuchan las confesiones de los creyentes y perdonan a los pecadores arrepentidos. En algunas ocasiones les piden que realicen una serie de rezos mientras que en otros casos basta con el arrepentimiento y la promesa de que no exista una reiteración en la acción que no correspondía.
En los últimos días, un reconocido sacerdote confirmó que “la iglesia comenzará a ponerse más firme con las personas que se confiesen y si el pecador en su actividad laboral tiene un sueldo inferior a 70 mil pesos mensuales, será muy difícil que sea perdonado”.
Esto surgió después de comprobar que son cada vez más las personas que realizan pecados con mucha frecuencia y sin importarle las posibles consecuencias, “porque saben que después se hacen los arrepentidos y ya queda todo bien”.
“La cosa es sencilla” -dijo el sacerdote- “uno es consciente que está pecando, pero saben que después vienen a la iglesia haciéndose los arrepentidos y se soluciona todo, es por ese motivo que decidimos limitar el perdón. Pero entre mis colegas nos pusimos de acuerdo y coincidimos en que las personas que tengan un sueldo superior a 70 mil pesos mensuales merecen ser perdonadas si es que verdaderamente están arrepentidos. Incluso si el sueldo es aún más elevado, supongamos de unos 100 mil pesos mensuales, ni siquiera será necesario que estén arrepentidos” afirmó.
Al momento de finalizar la charla, se le preguntó al sacerdote porqué el perdón dependía del sueldo del pecador: “La plata soluciona muchas cosas jeje” respondió.